Para describirse uno mismo, no solo lo podemos hacer remarcando que somos responsables, que somos maduros, que somos organizados, que no tenemos mala leche... enfín, una serie de adjetivos que solo hablan de cosas buenas. En cierto modo cada uno de nosotros deberia tener su grado de maldad y no dejarse influír por ese perfil de persona perfecta que tanto nos gustaria ser. Primeramente porque la perfección no existe, no se encuentra, no se ve y ni se puede tocar, no se puede oler ni se puede escuchar, no se puede saborear. NO EXISTE.
Ser malo con cabeza, es ser bueno con el corazón. Podemos llegar a sacar nuestro mal humor sin pavor si la situación lo requiere, porque si destacamos por ser una gran persona, a la vez, nos estamos jugando nuestra propia situación anímica, es decir, hay personas débiles que por ser buenas hacen con ellas lo que hariamos nosotros con un juguete, entretenernos y pasarlo bien a costa de algo que sabemos que no va a defenderse. Si los juguetes cobraran vida, no dejarian al niño que esté jugando con él, que lo rebiente a patadas o lo estampe contra la pared.
Hay que ser malo, porque si por ser bueno nos saliera una herida, muchos de nosotros estariamos llenos de cicatrices.
Hay mucha gente que ha sacado su lado maligno, demasiado tarde, si se parasen a pensar se dirian a sí mismos: ''joder, ¿y por qué no he podido ser así antes? me hubiera ahorrado tanto sufrimiento, esto me pasa por ser tan bueno y no pensar en mi'' (me incluyo en esta experiencia)
No pensar en nosotros mismos muchas veces es por culpa de no tener ese punto de maldad y querer caer bien al mundo.
Amigos no seamos tan angeles, y liberemos al cien por cien nuestro auténtico carácter, que no por ser malos, seremos una persona cruel.
tú no podrías ser malo ni siquiera aunque te lo propusieses, cachito de pan
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